viernes, 19 de febrero de 2010

Deja...


Déjame beber tus caminos,
descubrir la sombra del arroyo
cuando me miras,
inventar un nuevo amanecer
cada día de lluvia
y podar la flor del alma
para dártela en un beso.

Deja que te vista de estrellas
cuando empieza a oscurecer,
que dibuje en tu nombre
una cometa de viento y sal,
y que dance las huellas de tus pasos
al compás del corazón.

Déjame seguirte al sol,
regalarte una paloma al vuelo
cada madrugada,
componerte un verso que hable
de amapolas y jilgueros
y beberme tu sonrisa
cuando canta el ruiseñor.

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Hasta mañana, si Dios quiere.
Imagen de Josephine Chervinska. Gracias