martes, 27 de diciembre de 2011

La flor escondida...




El vino de tu boca
desordena mis silencios,
mientras un cielo
de estrellas
se desliza por mis labios
y me atrapa
en ti.

¡Cuánta fragancia
descubro
en la apacible blancura
de tu pecho!

Ven, acércate,
atravesemos juntos
el aire nocturno,
y deja que te entregue,
entre susurros,
la flor escondida
en mi piel.


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Hasta mañana, si Dios quiere.


Imagen de Janusz Taras. Gracias