Tú,
que respiraste en mi pecho
el
camino de los sueños, que sembraste de rosas
las vigilias conquistadas,
que abrigaste mi silencio
y me guardaste entre tus labios…
Tú, que arropaste mis miedos
y los dejaste ir con el viento de la tarde…
Tú, hacedor de mis suspiros,
alondra de mis días,
fuego y semilla,
lluvia y raíz,
canto y cielo…
Tú… anclado en mi mar,
te declaro mi puerto y mi horizonte.
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Hasta mañana, si Dios quiere.
Imagen de Kemal Kamil AKCA. Gracias